martes, 9 de septiembre de 2008

Primer día: Niza, Francia

Nuestro primer destino fue Niza. No era una ciudad que nos atrajera a primera vista, pero resultó tener vuelos baratos y, una vez allí, ¿por qué no conocer la famosa costa azul? No sería un mal comienzo para un viaje en el que encontraríamos de todo.

Lugares visitados y turismo básico:
En Niza vale la pena un simple paseo por el largo Boulevard des Anglais, disfrutando de la naturaleza con sus playas así como del lujo con sus casinos y hoteles. Poco antes de llegar al final del Boulevard, entrando entre las calles más antiguas de la ciudad, se puede disfrutar del ambiente del Mercado de las Flores, que también merece una visita. Después, antes de entrar entre calles a ver edificios oficiales, recomendamos la subida al castillo sobre la colina. Al principio asusta la subida y ver que hay un ascensor/funicular, pero la subida por las escaleras es más que asequible para cualquiera. Según se van subiendo escalones se va teniendo cada vez una mayor visión de toda la ciudad. El "chateau" en sí, brilla por su ausencia. Un par de piedras protegidas y unas fotos de la Edad Media son la única prueba de que quizás allí hubo alguna vez un castillo. No obstante, merece la pena el parque de la cima por sus vistas.
De allí, se puede bajar al puerto fácilmente, a disfrutar de los yates. Es curiosa la imagen matutina, decenas de yates aparcados a los cuales se les saca brillo con esmero...No apto para envidiosos, aunque como entrenamiento para Monte Carlo, no estuvo mal. La visita a Niza terminó entre calles y con un baño en una de las playas, no tan agradable como las donostiarras en cuanto a la arena, pero ideal para un baño. Al atardecer, visitamos la gran plaza, donde están las Galerías Lafayette y la avenida importante, llena de comercios. Por último, después de la cena, volvimos a la parte antigua de la ciudad, que de noche se llenó de terrazas y turistas paseando con sus helados.


  • Alojamiento:
Pasamos dos noches en el Hotel Baccarat, muy cercano a la estación central de Niza. Si bien es cierto que nuestra primera impresión no fue nada buena por tener que atravesar un barrio con imagen de poco seguro, lo cierto es que cuando conocimos la zona nos dimos cuenta de q nuestra calle era la paralela a la avenida importante de la ciudad. Sabiendo esto se podía andar tranquilamente y volver al hotel sin tener que atravesar ninguna zona que pudiera parecer peligrosa.
El hotel tiene Internet gratuito, un salón con aire acondicionado, una cocina americana con frigorífico y microondas y las habitaciones también están muy bien. El baño, con dos duchas en nuestro caso, está dentro de la habitación de 12 personas, pero separada por un gran tabique, que hace que parezcan dos habitaciones de seis. En cuanto a limpieza, en comparación con cualquier otro hostal en el que nos alejamos, estaba muy bien.
El desayuno es de pago pero cerca del hotel, camino hacia la playa se pueden encontrar varios sitios donde dan desayunos. Nosotras desayunábamos en un local que hacía esquina, menos glamouroso que el resto, pero por 1,50€ podíamos tomar un buen café con un delicioso croissant.
  • Transporte
Niza se puede recorrer tranquilamente a pie, no merece la pena coger autobuses ni trenes.
  • Experiencia
Quizás lo más curioso de nuestro viaje fue Niza. Uno no se da cuenta de lo pequeño que es el mundo hasta que le ocurre algo así. Niza tiene varios kilómetros de playa llena hasta los topes en agosto y allí te sientes "escondido" entre miles de personas de todo el mundo, que no te conocen. Vamos, ese sentimiento de "podría hacer lo que quiero aquí porque no me conoce nadie". Pero, ¡ojo! porque una sale con sus "mejores galas" del agua, por la dura subida que supone salir del agua en Niza (mucha pendiente y suelo lleno de piedra) y ahí, mientras intenta mantener el equilibrio con toda clase de aspavientos, se encuentra con un amigo de la universidad, de Donosti, que casualmente estudia francés en Niza y acaba también de llegar. ¡Qué casualidad! Pero todo fue genial, conocimos a sus amigos y al día siguiente coincidiendo con que ellos tenían planeado visitar Monte Carlo, pudimos visitarlo juntos, en un grupo de varias nacionalidades. Por lo demás, simplemente fue un día muy agradable, a la vez que sofocante, mucho calor desde la primera hora de la mañana.
  • Consejos:
El agua de Niza es potable como la de cualquier otro lugar. Los consejos que se oyen de "beber agua embotellada" resultan muy muy muy muy caros y totalmente prescindibles. A 40ºC los comercios se lucran vendiendo el medio litro de agua a 2-2,50€ y mientras se camina bajo el sol, se pueden llegar a beber varios litros de agua. Recomendamos utilizar fuentes públicas, que a nosotras no nos causó ningún problema en todo un mes.
En Niza hace mucho calor en agosto, llevar ropa muy fresca pero ojo a las chancletas. Para caminar un día no están mal, pero acaban creando ampollas.
Intentar evitar el uso de las consignas en la playa, son muy caras y el personal poco agradable. Recomendamos llevar encima lo imprescindible, ponerse cerca de la orilla y pedir a alguien que vigile las pertenencias durante el baño. Es habitual y la gente es muy amable.
Si se opta por unos típicos crepes franceses o helados italianos, ojo con los precios. Hay mucha variedad y se pueden encontrar desde 2€ según en qué calles.

La plaza de las Galerias Lafayette merece una visita de noche, cuando se llena de espectáculos callejeros y donde las estatuas que llenan el parque se iluminan de colores que van cambiando.




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